Sillas acústicas

Post  350 – 12 de Marzo de 2012 - Categoría: Curiosidades.

Las sillas acústicas son un ejemplo de innovación de los siglos XVIII y XIX, para hacer que una persona sorda pueda escuchar correctamente. Se colocaban trompetas auditivas, integradas o no, y se conducía el sonido mediante un discreto conducto a las orejas.

Existen varios modelos conocidos, pero el más ingenioso es el trono acústico del rey Juan VI de Portugal, que fue utilizado como trono desde 1819 hasta su muerte en 1826. Las trompetas concentradoras de sonido estaban en sus brazos, que eran huecos y estaban laboriosamente tallados para representar las bocas abiertas de dos grotescos leones. Actuaban como receptores de sonido a través del cual se transmitía a través de un solo tubo escondido en la parte posterior de la silla a una de las orejas.

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Los visitantes estaban obligados a arrodillarse ante la silla y hablar directamente a las cabezas de los animales. Existe una réplica de la silla en la oficina corporativa  de Amplivox / Ultratone en Londres.

Otro ejemplo lo tenemos en la silla Curtis, explicada en el libro “A Treatise on the Physiology and Pathology of the Ear” publicado en 1836 y que incluye una silla con una trompeta gigante y giratoria en uno de sus lados. Permite direccionarla hacía cualquier lado de la habitación para poder escuchar los sonidos que guste.

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La estética no es tan importante para esta silla, ya que se les considera más unos artilugios médicos. La silla McKeown, al igual que la anterior, nos muestra las trompetas para la concentración de sonido y su posterior llegada al oído de la persona sorda. Este tipo de silla permite mucha más movilidad de las trompetas y todo los ajustes para poder escuchar correctamente.

Estas sillas eran prótesis muy grandes de las tradicionales trompetillas de escucha, y estaban destinadas a abogados, médicos o burgueses que estaban muy sordos.

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