Post  407 – 16 de Noviembre de 2013 - Categoría: Acústica ambiental y ruido.

 

Leo en el blog de Mediateletipos, que los Mossos d’Esquadra se plantean utilizar cañones de sonido para dispersar a las multitudes. Estos cañones utilizan las altas frecuencias, que son muy molestas y hacen que las personas se vayan.

Estos cañones ya se han utilizado en varias ciudades y en mi opinión, creo que son armas muy peligrosas y que no deberían utilizarse encontra de la población. Pero como han prohibido las pelotas de goma, ahora prefieren utilizar armas que no dejan un rastro tan evidente.

Puestos a ser frívolos, les puedo ayudar y explicarles que lo mejor es trabajar con los infrasonidos. Podemos aplicar infrasonidos, que son bajas frecuencias, a todas las partes del cuerpo humano y moverlos gracias a que todos los materiales tienen una frecuencia de resonancia. Casi cualquier parte del cuerpo, en base a su volumen y su densidad, puede vibrar a frecuencias bastante determinadas. En algunos casos por tener huesos rígidos y en otros por tener “depósitos” que pueden resonar. Estos segundos elementos pueden ser los ojos que son pequeños ovoides llenos de líquido, los pulmones son membranas llenas de gas, y el abdomen humano contiene una gran variedad de depósitos con líquidos, sólidos y gases esperando a recibir bajas frecuencias y a ponerse a vibrar.

Con lo que podemos coger un rango de frecuencias de 2 a 20 Hz y amplificarlas a 130 dB y el oído interno tendrá distorsiones de presión directas no relacionados con la audición normal, lo que puede afectar su capacidad para entender el habla. Alrededor de los 150 dB, la gente empezará quejándose de náuseas y vibraciones en todo el cuerpo, por lo general en el pecho y el abdomen. Al llegar a los 166 dB, la gente comenzará a notar problemas respiratorios, los pulsos de baja frecuencia comienzan a afectar los pulmones, llegando a un punto crítico en alrededor de 177 dB, donde las frecuencias de 0,5 a 8 Hz pueden conducirnos a una respiración artificial inducida acústicamente a una ritmo anormal. Dicho en otras palabras, el sonido nos haría respirar de diferente manera que lo que deberíamos respirar por nosotros mismos en ese momento.

Las vibraciones que nos vendrían a través del suelo, pasarían a través de su cuerpo al esqueleto, que a su vez puede causar que todo el cuerpo se ponga a vibrar en sentido vertical gracias a las frecuencias de 4 a 8 Hz y en sentido horizontal con las de 1 y 2Hz. Los efectos de este tipo de vibración de todo el cuerpo pueden causar muchos problemas, que van desde la médula y el daño de las articulaciones con la exposición breve a las náuseas y el daño visual con la exposición crónica.

Estamos delante el arma definitiva. Se acercan manifestantes judeo-masónicos-izquierdistas-anarcosidicalistas-perroflautas-antisociales y hartos de tener a políticos corruptos, pues teniente, dale al altavoz. Hoy vamos a emitir las frecuencias de 5 a 10 Hz, a ver que les pasa hoy.

En este tema también hay un mito urbano y es de tener una frecuencia “marrón” que hace que nuestros esfínteres dejen de trabajar y todos tengamos que ir corriendo a un lavabo. No hay todavía ningún estudio que la haya encontrado, pero es un tema que más de una vez me lo ha comentado gente.

Más info en el artículo de Seth S. Horowitz

Más info en Acusticaweb:  Pueden hacernos bailar a la fuerza