Aprendimos a tocar el Reactable
Post 36 - 9 de Junio de 2007 - Categoría: Música y arte sonoro
Ayer pudimos ver, oír y tocar el ahora famoso Reactable. Un innovador instrumento musical electrónico, desarrollado por el Grupo de Tecnología Musical de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, dirigido por Sergi Jordà y formado por Marcos Alonso y los austriacos Günter Geiger y Martin Kaltenbrunner, todos ellos músicos e informáticos. Llevan cuatro años trabajando en este instrumento musical colaborativo.
Su creador, Sergi Jordà, nos explicó que nació de la idea de tocar música con ordenador, pero de manera que cuando se ejecuta música en directo fuera un sistema cómodo para el músico. El ordenador obliga a mirar la pantalla y interactuar con un ratón o equipos externos, no es como tocar la guitarra que el músico puede hacerlo sin mirarla. Es una manera de tocar siempre vigilando la pantalla y además muy opaca para el espectador, que puede pensar que la música está grabada y no hace más que hacer teatro encima del escenario.
El reactable consiste en una mesa redonda o cuadrada traslúcida y multitáctil. Y el sonido se consigue manipulando ondas, efectos y loops, intercalándolos, alterando el orden, en definitiva jugando con el sonido. Una cámara situada debajo de la mesa analiza constantemente la superficie y detecta la posición y la orientación de los objetos marcados con unas plantillas intercambiables. Estos pueden ser movidos libremente sobre la superficie (incluso rotar sus caras) modificando de esta forma la estructura y parámetros del sintetizador de sonido. Estos objetos serían los típicos módulos de un sintetizador modular. Simultáneamente, se proyecta por debajo de la mesa la actividad y las características principales del sonido producido, para que el músico visualice lo que está ejecutando.
El proceso de crear una canción o un sonido es muy intuitivo. Cogemos un loop (un trozo de canción o un ritmo) y a medida que lo separamos del punto central, aumenta o disminuye su tempo. Para añadir un efecto, lo unimos trazando con el dedo una recta entre los dos elementos, automáticamente nos aparece una línea luminosa, un camino que nos une los dos elementos. Así de simple, sin cables, sin soldar nada, creamos un vínculo entre el loop y el efecto. Para cualquier posición del efecto encima de la mesa cambiará el loop, haciéndolo sonar como si estuviera dentro de una iglesia o de un teatro. Sólo cuando lo levantemos de la mesa o con el dedo cortemos la línea de luz que los une, quedará el loop limpio sin el efecto.
Es un instrumento musical colaborativo porque varios ejecutantes simultáneos pueden compartir su control, desplazando y rotando las fichas. Mediante la aproximación y la relación entre sí de los diferentes objetos, cada uno con una función sonora diferente (hay generadores de sonido, filtros, moduladores, etc.), los usuarios van creando sonidos complejos.
Su bautizo tuvo lugar hace dos años, en el marco del Ars Electrónica, cuando se pudo escuchar una composición realizada mediante reactable interpretada simultáneamente en Barcelona y Linz (Austria)
A pesar de haber participado en multitud de festivales internacionales, incluidos el Sonar (Barcelona), Siggraph (Boston) y Transmediale (Berlín) la popularidad de reacTable se disparó tras la publicación de unos vídeos en la plataforma YouTube. Allí fue donde Björk lo vio. "Ella estaba trabajando en los visuales para la nueva gira, cuando el realizador de películas y vídeos musicales Michel Gondry le habló del reacTable. Ella fue a verlo en YouTube y le gustó", explica Jordá. Le gusto tanto que encargó la construcción de uno y lo viene utilizando en su actual gira mundial. Sin duda la embajadora de la modernidad ha catapultado a la fama un instrumento que todavía tiene que evolucionar y que quizás llegue a comercializarse en formato doméstico.
Björk no es la primera compradora del reactable. También lo tienen el CosmoCaixa de Alcobendas y el Museo de la Ciencia de Montreal.